Crítica: Yellow Cat
- VENECIA 2020: La cinta de Adilkhan Yerzhanov es un trabajo que nada en lo absurdo, entretenido y desconcertante a partes iguales
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ficha de la película], de Adilkhan Yerzhanov, es una de las películas que participa en la sección Orizzonti del Festival de Cine de Venecia. El director es uno de los cineastas más importantes de Kazajistán, cuyos trabajos más recientes son las películas Atbai's Fight y A Dark-Dark Man [+lee también:
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ficha de la película], estrenadas el año pasado.
La historia se desarrolla en un entorno bastante clásico “en medio de la nada”: la inhóspita estepa kazaja. Seguimos las desventuras de un exconvicto, llamado Kermek (interpretado por Azamat Nigmanov), un hombre extraño vestido con una camisa hawainana amarilla y un sombrero de fieltro. Kermek quiere encontrar trabajo, pero el agente de policía del lugar, Bozoy, decide reclutarlo para cometer delitos con su banda de delincuentes de poca monta. Sin embargo, Kermek es un hombre torpe, fanático de El silencio de un hombre, de Jean-Pierre Melville (1967) —quizás la única película que ha visto y que tampoco ha visto entera— y tiene un sueño poco habitual: abrir un cine en algún lugar de la estepa, en una parcela de tierra propiedad de su tío. Después de un enfrentamiento surrealista con Bozoy y de robarle dinero a un mafioso local, huye con una prostituta pelirroja llamada Eva (Kamila Nugmanova). La película entera, dividida en siete capítulos, cada uno presentado por un dibujo infantil, es rica en situaciones absurdas y transmite al espectador una sensación peculiar —pero nada novedosa— de ver algo entretenido pero desconcertante. Las referencias cinematográficas más representativas de dicha sensación podrían ser los hermanos Cohen o David Lynch [en particular, la película de Yerzhanov podría considerarse una versión centroasiática más lenta e infantil de Corazón Salvaje, de Lynch (1990)]. Ambas películas tienen varias cosas en común, como el género de la comedia negra, una comunidad extraña que rodea a la pareja protagonista, secuencias de acción torpes, un paisaje poco poblado y dos personajes principales perseguidos durante la mayor parte de la historia.
Kermek y Eva son divertidos, ingenuos y caricaturescos. Desde el principio, la película adopta un ritmo lento en la acción y en la edición para enfatizar lo absurdo de las situaciones, y usa las payasadas como recurso cómico. Si bien la tendencia pausada de la película funciona bastante bien en casi todo el metraje, en algunas secuencias —sobre todo de la segunda mitad— la tensión empieza a desaparecer. Sin embargo, durante la persecución, todavía hay espacio para la ternura y la dulzura; hay algunos momentos de intimidad “infantil” —pero agradable y auténtica— entre los dos personajes mientras se persiguen entre los árboles en un plano largo muy bien diseñado, o cuando Kermek canta y baila Cantando bajo la lluvia frente a una pantalla de cine rudimentaria (y que ni siquiera funciona) sólo para entretener a Eva.
La resolución del conflicto es cruel e inesperada. De alguna manera, destaca la dicotomía entre la comunidad de “adultos estúpidos y codiciosos” —que dedican su tiempo a no hacer nada o a hacer algo inútil— y los dos protagonistas, que tienen grandes sueños y buscan la libertad. Además, constituye una poderosa metáfora que compensa las imperfecciones de una película valiente, difícil de categorizar.
Yellow Cat es una coproducción entre Kazajistán y Francia llevada a cabo por Kanat Bitemirov y Yerbol Toibayev para Zerde Films, Assel Sadvakassova, Serik Abishev y Olga Khlasheva para Short Brothers; y Kazakhfilm y Guillaume de Seille para la francesa Arizona Productions. Arizona Films Sales gestiona las ventas internacionales.
(Traducción del inglés)
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