02/03/2020 - BERLINALE 2020: El primer largometraje del director griego Georgis Grigorakis narra una compleja relación paternofilial con los problemas medioambientales de fondo

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entrevista: Georgis Grigorakis
ficha de la película], el primer largometraje del realizador griego Georgis Grigorakis, ha tenido su estreno mundial en la sección Panorama de la 70ª Berlinale, donde recibió el Premio CICAE. Centrada en una compleja relación paternofilial, estamos ante una hermosa historia enmarcada en un contexto ambiental y social de creciente actualidad, pero que no está a la altura en cuanto al desarrollo de personajes.

Nikitas (un convincente Vangelis Mourikis) es un hombre solitario que vive aislado en una cabaña en el norte de Grecia. Desgraciadamente, su vida se ve amenazada por una compañía minera que se ha apoderado de la región y está destruyendo todo a su paso, incluidos los bosques que rodean la casa de Nikitas, donde cultiva nueces, castañas y manzanas, además de criar pollos que vende en el mercado local.

Todo cambia cuando su hijo Johnny (el joven Argyris Pandazaras) se presenta con su moto para decirle a Nikitas que su exmujer ha muerto, dejándole la mitad de los terrenos a su hijo. El banco se ha quedado con su casa, y Johnny quiere su parte de la herencia para poder recuperarla. No obstante, Nikitas no cederá su propiedad tan fácilmente, ni a su hijo ni a la compañía minera. Ante esta situación, Johnny decide quedarse a vivir con él, iniciando una relación incómoda y conflictiva entre dos hombres que no se han visto en 20 años.

Mientras tanto, el pueblo está dividido entre aquellos que celebran la llegada de la compañía minera, así como los empleos bien remunerados que ha creado, y aquellos que tratan de proteger lo que queda del medio ambiente. Entre ellos, Johnny entabla relación con una camarera llamada Mary (Sofía Kokkali), gracias a la cual descubre algunos secretos oscuros sobre el pasado de su padre, así como una pista de tierra junto a los terrenos de excavación donde puede competir con su moto.

Presentada como un "western contemporáneo", Digger cuenta con ciertos elementos comunes al género, como su historia de resistencia contra la adversidad o el carácter obstinado de sus protagonistas. Los personajes principales son hombres egocéntricos e hipermasculinizados cuyo ego, y todo lo que está ligado a él, amenaza con destruirlos tanto a ellos como a sus seres queridos. Sin embargo, mientras que el personaje de Nikitas está claramente desarrollado con detalle, Johnny parece apenas un borrador. Lo cierto es que no sabemos qué impulsa a su personaje, aparte de una terrible sensación de abandono.

Técnicamente, Digger es una de las películas más destacables del cine griego reciente. El bosque otoñal se convierte en un escenario profundamente cinematográfico gracias a la dirección de fotografía de Giorgos Karvelas, marcada por los colores intensos y contrastados. Muchas de las escenas nocturnas en casa de Nikitas, un espacio con poco mobiliario pero lleno de objetos inútiles y recuerdos reprimidos, están iluminadas tan solo con el resplandor rojizo de la chimenea.

Las excavaciones aportan un fondo sonoro a base de explosiones distantes, mientras que en el apartado visual representan un contraste seco y sucio con la humedad exuberante del bosque. Aunque la deforestación es un problema grave, lo cierto es que la caída de los árboles, acompañados de una lenta lluvia de hojas, tiene también un toque poético. Y hablando de poesía, la banda sonora de Michalis Moschoutis, compuesta a base de instrumentos de cuerda dramáticos y una guitarra eléctrica distorsionada, recuerda a las composiciones de Neil Young para Dead Man, de Jim Jarmusch.

Digger es una coproducción entre las compañías griegas Haos Film, Faliro House Productions y Blonde, la francesa Le Bureau, las alemanas Match Factory Productions y FassB Filmproduktion, y la estadounidense N-Coded Pictures. The Match Factory se encarga de las ventas internacionales.

(Traducción del inglés)