Ira Sachs • Director de Frankie
"Me interesan las personas siendo ellas mismas, no actuando"
por Marta Bałaga
- CANNES 2019: Hablamos con Ira Sachs, director de Frankie, una coproducción francesa, portuguesa, belga y estadounidense que se proyecta en la competición principal
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crítica
tráiler
entrevista: Ira Sachs
ficha de la película], el estadounidense Ira Sachs cambia su querida Nueva York por la ciudad portuguesa de Sintra. Un reparto internacional, encabezado por Isabelle Huppert y Brendan Gleeson, emplea sus diferentes acentos ingleses para contar la historia de una actriz famosa diagnosticada con cáncer que se prepara para morir rodeada de sus seres queridos, que no paran de pelear entre ellos.
Cineuropa: Todos parecen muy sorprendidos de que hayas decidido irte de Nueva York. Pero tus personajes no pueden evitar seguir hablando de la ciudad.
Ira Sachs: Alguien me dijo que, de alguna manera, mi película representaba el futuro de Nueva York. Es como la ciudad ideal imaginaria. Comencé haciendo películas en Menfis, que es donde crecí, y luego me mudé a Nueva York. No es fácil mantener una carrera en Estados Unidos haciendo largometrajes dramáticos; somos alrededor de 20, y perdimos toda una generación de cineastas maravillosos a la televisión. Pero siempre tenía la idea de hacer una película sobre una familia de vacaciones. Hace 20 años, vi Kanchenjungha, de Satyajit Ray, sobre una familia que va a los Himalayas. Se desarrolla a lo largo de la mañana, el día y la tarde, y me encantó la estructura. Para mí, estar fuera tiene algo que acerca a la gente a su yo real. Mauricio [Zacharias], mi coguionista, ya conocía esta ciudad; su madre es portuguesa, y yo también estuve allí cuando era adolescente. Pero no se trata tanto de Sintra como de estas localizaciones. Sentía que podía construir una película alrededor de ellas.
En la muestra, dijiste que el papel de Frankie lo habías escrito para Isabelle Huppert. ¿Por qué?
Es el tipo de actriz que me encanta; hay una cierta fluidez en lo que hacen Brendan y ella. No puedes saber cómo van de un punto al otro. La interpretación estadounidense, aun teniendo en cuenta a iconos como Elizabeth Taylor, se trata siempre de mayúsculas y brocha gorda. Isabelle es más de detalles y presencia. En esta película, le pedí que se acercara a su yo real tanto como pudiera, que es lo que siempre pido a todos mis actores. Solo me interesan las personas siendo ellas mismas, porque cuando haces una ficción, estás haciendo un documental: estás documentando la experiencia que sucede ante la cámara.
Al principio, cuando estábamos escribiendo la cinta, vimos otra vez El rayo verde, de Éric Rohmer, y ahí hay un humor que era muy importante. Toda la película va de gente caminando y hablando. Pero luego estaba pensando en Fassbinder y Hanna Schygulla, sobre todo cuando miraba a Isabelle. Porque siempre sabes que es Hanna Schygulla, pero también es Maria Braun. En mi última película, hay una actriz; en la próxima, también habrá un intérprete. Resulta apropiado que los actores hagan de actores [ríe].
Tu película es una obra coral, pero las escenas de Isabelle con Brendan Gleeson resultan especialmente íntimas. Sus personajes saben lo que está pasando, pero deciden no hablar de ello en absoluto.
Mucho de lo que un narrador hace tiene que ver con preparar las cosas de forma que la gente no tenga que hablar de lo más crucial. Puede que no digas todo, pero no puedes dejarlo todo en la incertidumbre. La vaguedad es un problema; eso lo aprendí de Henry James.
El momento en que él la mira, tumbada en la cama... En ese momento, el público ya se ha dado cuenta. Hasta entonces, no tenía toda la información. Isabelle no está de acuerdo con lo que voy a decir, pero ambos llevan mucho tiempo casados. Creo que les ha permitido transmitir ese sentido de la intimidad, así como de una posible pérdida.
Las vidas de los personajes son todas muy diferentes; has desarrollado muchas líneas narrativas que giran en torno a Frankie.
Lo que tienen las películas corales, que ahora entiendo mejor, es que son una forma de evitar el melodrama. Antes me gustaba hacer melodrama, pero siento que ya no es para mí. En Frankie, hay un reconocimiento de la belleza y la ligereza de las cosas, porque toda la seriedad de una historia queda superada rápidamente por la siguiente: hay una sobre una mujer que muere de cáncer, y otra sobre una esposa que intenta averiguar si tiene bastante dinero para dejar a su marido, pero también otra sobre una chica que conoce a un muchacho muy guapo en una playa de Portugal. Todas suceden en el mismo lugar, en el mismo momento, y todas son igual de importantes.
(Traducción del inglés)
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