Duelo de tartamudos
Después de Ya no somos dos (2004), estimable ejercicio de estilo sobre el adulterio, y de El velo pintado (2006), notable adaptación de la inmensa novela de William Somerset Maugham, John Curran parecía un nombre a seguir. Su nuevo trabajo, Stone, drama psicológico de corte criminal protagonizado por dos pesos pesados, Robert de Niro y Edward Norton, desmiente la esperanza.
Aficionado a los efectos de sonido, montaje y planificación para expresar los estados de ánimo de sus personajes, Curran hace de ello su sello de estilo, pero siempre a destiempo, sin control, sobre todo porque esta vez ya no tiene detrás una historia tan apasionante como la de El velo pintado ni unos diálogos con la calidad de los de Maugham. Stone se inicia con un potente prólogo que, sin embargo, es lo único prometedor. Lo que sigue es un rosario de tópicos (el policía que resuelve un último caso justo antes de la jubilación), cierta influencia espiritual de manual de autoayuda, y expiaciones de penas y epifanías de tres al cuarto. Todo ello comandado por un antiguo tótem como De Niro y por uno de los herederos de sus actuaciones de los años setenta: Edward Norton, muy semejante tanto física como interpretativamente. Pero Curran es incapaz de sostener el recital de muecas de De Niro, al que se une Norton (e, increíblemente, también Milla Jovovich), en un duelo en el que todos parecen luchar por ver quién es capaz de tartamudear más veces en cada diálogo.
STONE
Dirección: John Curran.
Intérpretes: Robert de Niro, Edward Norton, Milla Jovovich, Frances Conroy, Sandra Love Aldridge.
Género: drama. EE UU, 2010.
Duración: 100 minutos.
Babelia
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