Crítica: K Contraire
por Kaleem Aftab
- VENECIA 2018: El primer largometraje de la francesa Sarah Marx es un cautivador viaje a los estragos de la cárcel y la depresión
La francesa Sarah Marx puede considerarse una de las mejores cineastas que nos ha dado a descubrir la edición de este año del Festival de Venecia. Su ópera prima K Contraire [+lee también:
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ficha de la película], proyectada en la sección Orizzonti, utiliza de manera inteligente los clichés de los dramas carcelarios para desarmarlos, yuxtaponiendo el mundo tras las rejas y las duras realidades de la vida fuera de ella de manera innovadora y refrescante.
Como sucede con muchos de los mejores películas sobre ex convictos, nuestro protagonista de nombre acertado, Ulysse, tiene dificultades encontrando su camino. Sandor Funtek (a quien algunos pueden reconocer por haberlo visto en La vida de Adèle [+lee también:
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ficha de la película]) da vida a Ulysse a través de una asombrosa interpretación, proporcionando al personaje humanidad y determinación, sin perder credibilidad en su imagen de criminal que se embarca en una odisea.
Ulysse es de muchas maneras un antihéroe arquetípico, transformado (tal y como la película) por su antagonista y madre Gabrielle (Sandrine Bonnaire), que presenta un conmovedor y profundo retrato de la depresión. Se trata de una enfermedad que afecta a todos los que están a su alrededor, y para Ulysse, la vida en la cárcel, ordenada y de regimiento, es casi una bendición, en comparación con el caos y la inescrutable naturaleza de esa depresión. Ulysse quiere hacer todo lo posible para ayudar, ¿pero cómo? Está encerrado en la prisión de la mente de su madre. En lo que demuestra una corrosiva crítica social, Ulysse recibe poca ayuda del estado, a pesar de sus esfuerzos. Ciertamente, cuando se trata de rehabilitar criminales o apoyar a los que lo necesitan, lo hecho por el estado se queda constantemente corto. Así que Ulysse hace lo que mejor se le da, trapichear con droga.
Marx ha trabajado ya en vídeos musicales, y el grupo de rap francés La Rumeur ha producido la cinta. Así que quizá es por eso que no llama la atención que la escena central de K Contraire tiene lugar en una discoteca, y que está estupendamente filmada. Respecto a su valor argumental, vender drogas en una discoteca permite provocar mucha acción, y muchas posibilidades, pero Marx consigue darle la vuelta para proponer preguntas pertinentes y desafiantes sobre cómo se usan las drogas en la sociedad. A Ulysse lo conmociona, por ejemplo, el tratamiento médico que el doctor ha preparado su madre. Marx consigue crear matices de color con su mirada, en historias que bien podrían ser tratadas en blanco y negro. No es habitual ver una película que parece orientada a adolescentes relacionados con el ámbito de las drogas conseguir de una manera tan correcta poner sobre la mesa cuestiones sobre la sociedad sin respuestas fáciles. Puesto que parece que Marx solo podrá mejorar técnicamente, con experiencia y mayores presupuestos, parece que Venecia ha descubierto un gran nuevo talento.
K Contraire está producida (y coescrita) por Hamé Bourokba y Ekoué Labitey del grupo La Rumeur para La Rumeur Filme, y coproducida por Les Films du Cercle y Orange Studio. Versatile se encarga de las ventas internacionales de la película.
(Traducción del inglés)
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