Octubre 1941, dieciocho meses de ocupación de las tropas alemanas en Francia. Unos jóvenes comunistas miembros de la Resistencia le disparan a muerte a un oficial del ejército alemán. En represalia, Hitler ordena la muerte de 150 hombres franceses en “retribución”. El blanco más vulnerable son los jóvenes que se cree comparten las convicciones políticas de los “asesinos”. La mayoría de los hombres son capturados desde un campo de reclusión destinado a los opositores de la ocupación. Un administrador rural francés de 35 años tiene la orden de elegir a las víctimas. Aunque el sacerdote de la parroquia apela a la consciencia y a la sensibilidad moral de los involucrados, tanto el ejército alemán como el francés cumplen ciegamente con las órdenes.