Melancolía de bajo coste
La película cae en cierto tono de cortometraje de los noventa, pero pese a todo saca buen partido de su escueto presupuesto
Si las profecías mayas finalmente no se cumplen, el 2012 —y sus alrededores— habrán dejado, como pintoresco legado pop, un respetable grupo de películas que han decidido enfrentarse a las gastadas dinámicas del cine de catástrofes para abordar el miedo al fin de la humanidad en clave de experiencia subjetiva: un Apocalipsis desde el yo.
Debut en la dirección de Alfonso Cortés-Cavanillas, Los días no vividos, película ambientada en las últimas horas antes la destrucción inapelable del planeta Tierra, parece una respuesta de bajo coste a la relevante y perturbadora Melancolía (2011) de Lars Von Trier, lanzando algunos lazos, totalmente causales, a ese Apocalipsis del afecto que parecía centrar la mirada de la reciente Fin de Jorge Torregrosa.
La película de Cortés-Cavanillas cae, en sus primeros tramos, en cierto tono de cortometraje español de los años noventa, pero saca buen partido (formal) de su escueto presupuesto para revelar una clara voluntad de estilo. Al conjunto le hubiese sentado bien una mayor concisión y una menor complacencia en el monólogo sentimental, algo llorón y autocompasivo en todo su último tramo, pero su juego de paradojas —amores y vidas que nacen en el final de todas las cosas— proporciona una tensión narrativa que el director gradúa con eficacia en dirección a un desenlace que apuesta por un contundente romanticismo terminal, poético y desaforado.
'Los días no vividos'
Dirección: Alfonso Cortés-Cavanillas.
Intérpretes: Javier Godino, Asier Etxeandía, Ingrid Rubio, Mariano Venancio, Héctor Colomé, Ruth Díaz, Hovik Keuchkerian.
Género: Ciencia-ficción. España, 2012.
Duración: 120 minutos.
Babelia
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